Con la ayuda de algunas apps y la adopción de nuevas costumbres es posible olvidar el papel y pasar a una vida por completo digital.
A pesar de que uno viva rodeado de gadgets, se comunique mediante WhatsApp y tenga sus ficheros almacenados en la «nube», todavía hay muchas situaciones en las que se usa el papel, aunque no sea necesario. Ya sea por costumbre, tradición o resistencia al cambio, esta práctica lleva a seguir malgastando papel, con el consiguiente impacto negativo en los costes y el medio ambiente. Ahora bien, ¿sería posible vivir una vida por completo digital, sin papel? Este artículo incluye algunas apps y trucos para reducir el consumo de papel, lo que supone ahorrar en dinero, tiempo y espacio, sin olvidar el beneficio medioambiental.
¿Es posible una vida sin papel?
El uso (y abuso) del papel es más que una tradición heredada de tiempos pasados. Un estudio realizado en Estados Unidos demostró que todas las empresas del país, en total, gastaban 8.000 millones de dólares en la gestión de papel. Y es que no solo se trata de imprimir los documentos, también hay que pagar a alguien por el trabajo de archivarlos, de buscarlos cuando se necesitan de nuevo, de hacer una copia cuando se pierden… sin olvidar el coste del espacio que ocupan miles y miles de documentos impresos.
Todo esto se podría eliminar, o al menos reducir, poniendo en práctica algunas buenas costumbres, en las que además la tecnología puede ayudar. A continuación se citan ejemplos de cómo minimizar el gasto en papel en diferentes áreas de la vida diaria.
Adiós a la impresora
Aunque es posible ahorrar tinta y papel si se siguen ciertas directrices al emplear la impresora, la forma más radical de hacerlo es no imprimir o, al menos, hacerlo solo cuando sea estrictamente necesario. Hay muchas cosas que se pueden dejar de imprimir:
Recibos y comprobantes de compras on line. Antes que tenerlos en papel, se pueden imprimir a PDF. Esta función está integrada en muchas aplicaciones de edición de texto (o incluso en las opciones de la propia impresora). Si no, se puede instalar un programa que permita hacerlo, como DoPDF.
Billetes de tren y avión. Gracias a la popularización del billete electrónico, cada vez más aerolíneas y otros medios de transporte aceptan el billete en el teléfono (o incluso en el smartwatch) en lugar de en papel. Los móviles Apple pueden utilizar la app Wallet que viene integrada con iOS, mientras que los de Android cuentan con varias alternativas en Google Play, como PassWallet.
Entradas de cine, reservas de hotel… Igual que los medios de transporte, muchas empresas de ocio y servicios se están pasando al lado digital. Ahora es posible ir al cine o al teatro, visitar un museo, reservar un hotel y más, todo con solo presentar el smartphone.
Documentos para leer luego. ¿Imprimir un documento para leer más tarde, fuera de la oficina? Eso ha quedado obsoleto. La tecnología permite ahora subirlo a Dropbox (o cualquier otro servicio de alojamiento de ficheros on line) o guardarlo en Pocket, una app diseñada para esa función.
El correo, mejor electrónico
Hoy en día apenas se reciben cartas «de las de toda la vida». La mayoría de las veces lo que hay en el buzón son extractos bancarios, facturas y cartas de publicidad, que también se pueden pasar al formato digital con facilidad.
Por un lado, muchos proveedores de servicios tales como luz, agua, teléfono (fijo y móvil), gas, etc. permiten ya el envío de factura electrónica, en lugar de la tradicional de papel. Por otro lado, también es posible pedir al banco que no envíe los movimientos de la cuenta o de las tarjetas mediante correo tradicional y, entonces, habrá que consultarlos directamente en su página web.
Además de renunciar a recibir esa información en papel, uno mismo también puede hacer el esfuerzo de dejar de emitirla. Así, si se es autónomo, lo idóneo es emitir las facturas en formato digital y mandarlas por correo electrónico, en lugar de recurrir al papel.
Ahorrar papel en pequeños gestos
Hay infinidad de momentos y situaciones en el día a día donde se usa papel, cuando se podría optar por una alternativa digital, más barata y ecológica. El único escollo es la propia mentalidad, puesto que en muchos casos son costumbres asociadas a ciertas tradiciones, ciertos rituales a los que uno les acaba cogiendo cariño.
Quizás leer el periódico en una tableta no produzca el mismo efecto que hojear su versión en papel, un domingo por la mañana con el desayuno, aunque la información sea la misma o incluso, en muchos casos, más actualizada en la versión digital. Revistas, libros, cómics… muchos de los productos que se leen en papel ya tienen versión electrónica.
Lo mismo sucede con las pequeñas libretas que muchos llevan encima para tomar notas, apuntar ideas o hacer la lista de la compra, y que se pueden sustituir por aplicaciones de móvil para organizar las tareas.
Los documentos, bien protegidos y con copia de seguridad.
Pasarse a la vida digital tiene numerosas ventajas, además del evidente ahorro de dinero y beneficio medioambiental. Un documento digital se puede enviar en tiempo real a cualquier persona en cualquier punto del globo, permite que varias personas trabajen sobre él al mismo tiempo, no pesan, no cogen polvo y apenas ocupan espacio.
Pero también es importante tener en cuenta ciertos puntos importantes al trabajar con documentos digitales:
- Primero, y ante todo, hacer siempre copias de seguridad.
- Tener un buen sistema de organización en carpetas en el disco duro, para saber con exactitud dónde se guarda cada cosa.
- Utilizar formatos de fichero estándares en la medida de lo posible, sobre todo si esos documentos se tienen que compartir con más personas.
- Por último, e igual de importante, usar contraseñas seguras en caso de que los documentos estén cifrados o guardados en un servicio de alojamiento de ficheros on line.
Fuente: Eroski Consummer