La educación puede mejorar gracias al uso de la impresión 3D. Un proyecto británico acerca la enseñanza en biología a personas invidentes mediante el uso de esta tecnología.
Los últimos avances tecnológicos están transformando muchos ámbitos de la vida diaria. También han permitido reforzar campos como la enseñanza. Sin duda, la impresión 3D se ha convertido por derecho propio en un potente recurso educativo. Sus aplicaciones no sólo han permitido mejorar el aprendizaje de nuestro pasado más reciente.
Y es que esta tecnología, además de revolucionar campos como la salud, la arquitectura o la exploración espacial, también puede facilitar la educación de personas que padecen ceguera.
Una iniciativa pionera, impulsada por la Oxford Brookes University, ha llevado la miniaturización y la impresión 3D un paso más allá. Conscientes de las dificultades que tienen los individuos con discapacidad visual, el profesor Chris Hawes decidió utilizar las impresoras en tres dimensiones para construir modelos para sus clases de biología, haciendo táctil lo ‘invisible’.
Hawes pensó que era una buena idea utilizar la impresión 3D para construir estructuras biológicas que enseñarle a su madre, que había perdido la visión después de ser diagnosticada con alzheimer. El investigador empezó entonces a imprimir sistemas y modelos para enseñar a su madre su trabajo diario como científico.
Lo que empezó como un reto personal se transformó pronto en un potente recurso educativo para personas con ceguera. Hawes se dio cuenta de que sus estructuras imprimidas podían ser aprovechadas en las clases de biología, para mostrarle a individuos ciegos cómo eran en realidad las células, los virus o los parásitos.
El proyecto contó con la ayuda de otra científica, la Dra. Louise Hughes, responsable de la unidad de bioimagen de la Universidad. Esta investigadora fue la encargada de transformar en una realidad palpable lo que veían sus ojos a través del microscopio. Los modelos y estructuras imprimidos fueron expuestos luego en el Museo de Historia Natural de Londres, acercando a la sociedad un proyecto educativo realmente impactante.
El proyecto, denominado “de lo miniaturizado a lo masivo”, ha sido recientemente galardonado con el premio Passion in Science. Hugues, tras recibir el reconocimiento, ha explicado que “dado que la interpretación de datos a través de un microscopio puede ser compleja, la impresión 3D puede ser una buena herramienta educativa para personas ciegas y una gran ayuda en la comprensión de los resultados por parte de los investigadores”.
La educación de las personas invidentes, sin duda, puede mejorar gracias a esta iniciativa innovadora. Este proyecto demuestra de nuevo cómo la tecnología puede ser una pieza clave en la enseñanza, sirviendo de recurso para las personas con más dificultades.
Fuente: Think Big
imagenes: Video Oxford Brookes University