Gracias al Internet de las cosas y a la inteligencia artificial podemos hablar de entornos inteligentes. Algunos, como las Smart Cities, son ya bien conocidos, pero hay otros que no lo son tanto.
Parece que Internet tal y como lo conocemos se nos empieza a quedar pequeño, ahora que la mayoría de las personas en los países desarrollados se encuentran conectadas, el reto para los próximos años es conectar a las cosas, a todo tipo de cosas. Así, según diversas predicciones en unos años habrá muchas más cosas que personas conectadas a Internet, y en el año 2050 habrá más de cinco objetos conectados por cada persona.
Además, los objetos empiezan a ser capaces de “sentir” lo que sucede a su alrededor por medio de la gran cantidad de sensores que incluyen, de “pensar” ya que cada objeto llevará incorporado un micropocesador, pequeño, pero capaz de hacer millones de operaciones por segundo, de “comunicarse” gracias a sus antenas y las redes inalámbricas que llegan a los sitios más recónditos. Son capaces incluso de “alimentarse” por medio de pequeños paneles solares que recogen energía para su funcionamiento.
Pero el gran potencial de la conexión de todos estos objetos, conocido como Internet de las cosas, consiste en su capacidad de actuar de forma coordinada entre ellos, gracias a tecnologías como computación en la nube, big data o inteligencia artificial. De esta forma ya no se trata de objetos conectados u objetos inteligentes como algunos los denominan, sino de entornos enteros que son capaces de entender situaciones, que son capaces de adaptarse, de reaccionar y de comunicarse con las personas.
Entre estos entornos inteligentes ya hace tiempo que escuchamos hablar de las Smart Cities o ciudades que son capaces de reaccionar ante situaciones y de interaccionar con sus habitantes. En este post haremos un repaso de otros entornos inteligentes, que por ahora no son tan conocidos pero que tendrán importancia en nuestro día a día en el futuro, como son:
- Smart Home: Hogares en se comunican con sus habitantes y que ajustan las condiciones a sus gustos de forma inteligente.
- Smart Vehicle: Vehículos que adaptan sus condiciones de confort y servicios a los pasajeros. Con el tiempo con capacidad de conducir de forma autónoma y comunicarse con otros vehículos
- Smart Building: Una extensión del hogar inteligente, pero que abarca a todo el edificio.
- Smart Classroom: Permite la utilización masiva de tecnologías para mejorar la eficiencia en el aprendizaje. Supondrá un mercado de 93 mil millones de dólares en el mundo en 2020 con una previsión de crecimiento anual acumulado de 16,72% hasta ese año.
- Smart Transport: Sistemas de transporte inteligentes que junto con otras tecnologías emergentes como los drones pueden transformar el mundo del transporte
- Smart Factories: Fábricas cada vez más robotizadas e inteligentes que ya no son solamente capaces de producir de forma automática en cadena, sino que son capaces de reorganizar la producción y personalizar los productos sin intervención humana
- Smart Services: Quizás es el último concepto en aparecer en escena pero el que tiene más capacidad disruptiva. Se trata de servicios que se encuentran siempre conectados que son capaces de funcionar inteligentemente, incluso con capacidad de predecir comportamientos y aconsejar al usuario antes de que éste lo pida.
Todos estos entornos inteligentes provocarán una sensación de “magia”, de que los objetos cobran vida y que están ahí para servirnos, desde luego un escenario atractivo que otorga al hombre capacidades que hace unos años podrían parecer sobrenaturales. Se trata además de un desafío tecnológico que obligará a coordinar a empresas de diferentes sectores y a administraciones y que supondrá otro reto importante: el de crear unas reglas de juego que permitan garantizar la privacidad de los ciudadanos.
Fuente: Think Big