La tecnología Big Data es capaz de crear patrones de consumo que permiten conocer las ventajas a la hora de posicionar el contenido.
El neuromarketing coge cada vez más fuerza entre las empresas ya que la cantidad de información que procesamos hoy en día es mucho mayor que antes. Con la era digital, la transmisión y difusión de los contenidos es mucho más sencilla. Gracias a la red y a las plataformas digitales como las Redes Sociales la información llega de forma masiva a muchas más personas. Por ello, todos los negocios aprovechan esta ventaja para darse a conocer entre quienes consumen sus productos.
Sin embargo, dado el número de empresas que existen, la fuerte competitividad que hay entre ellas y la saturación de mensajes a los que nos exponemos cada día, todos los negocios ponen especial interés en elaborar sus contenidos de tal forma que destaquen por encima del resto. Para alcanzar este objetivo, y teniendo en cuenta las relaciones comerciales 2.0, se ha llegado a la conclusión de que es necesario que la publicidad no sea meramente informativa, sino que consiga que el público cree un vínculo emocional y se “enamore” de los productos.
Es aquí donde entra en juego la técnica del neuromarketing, ya que se ha estudiado y comprobado que la apelación a las emociones resulta eficaz en las campañas de publicidad o a la hora de difundir contenido. Aunque las actitudes y gustos consumistas pueden cambiar dependiendo de las circunstancias de las personas, siguiendo ciertas estrategias de neuromarketing resulta sencillo elaborar la marca de un producto para que triunfe en la red. La neurología y la psicología juegan un papel importante ya que aspectos como la forma, el color, la manera de comunicar o el logo de un producto son factores determinantes a la hora de conducir sutilmente la intención de consumo del público.
El Big Data como factor determinante
Los modelos predictivos que proporciona el Big Data ya están en uso en el ámbito del neuromarketing. Los datos relacionados con las actitudes de consumo que recoge esta tecnología, se pueden interpretar para establecer patrones de consumo basándose en las costumbres, intereses o reacciones emocionales del público objetivo. Como es lógico, al conocer estos hábitos es más sencillo dar con los puntos fuertes a la hora de posicionar el contenido.
Gracias a esta tecnología, sabemos que ciertos puntos de la pantalla resultan más cómodos a la hora de leer o ver imágenes -lo que supone que los contenidos que aquí se ubican tendrán un mayor atractivo- , que se valora muy positivamente que la empresa hable tu idioma y que el público digital tienen muy en cuenta la ética que sigue la empresa en la que va a consumir.
Teniendo en cuenta que los aspectos del neuromarketing son cuantificables ¿sería posible dar un paso más? Según Martin Lindstöm, experto en nueromárketing y fundador de Buyology Inc, el ser humano es perfectamente predecible ya que, a pesar de la complejidad del cerebro y el desconocimiento que aún existe en cuanto a este órgano, sólo se conocen 1000 tipos de comportamientos. Partiendo de esta premisa, se plantea la posibilidad de que la combinación de la tecnología Big Data con la Inteligencia Artificial permita que ésta última sea capaz de procesar y predecir actitudes “humanas”, incluso las más relacionadas con las emociones como por ejemplo la intuición.
Fuente: Think Big