El memristor podría ser la clave para la producción de redes neuronales artificiales capaces de procesar e interpretar todo tipo de información visual y auditiva, emulando el funcionamiento lógico del cerebro
Un circuito electrónico llamado memristor podría ser la clave para producir una nueva generación de chips neuromórficos, capaces de imitar el funcionamiento de un cerebro biológico y permitir que tablets o smartphones puedan pensar como humanos. En principio se trata de un circuito de memoria analógico diseñado para aprender sencillos patrones emulando el funcionamiento lógico de un cerebro, pero que en una versión mejorada y más compleja podrían lograr que los ordenadores interpreten y aprendan de forma autónoma con cada estímulo visual o auditivo de su entorno.
El origen de los memristores se remonta a 1971, cuando el profesor de electrónica de la Universidad de California en Berkeley, Leon Chua, predijo su funcionamiento de forma matemática. Pero no fue hasta 2008 cuando un grupo de investigadores de Hewlett-Packard demostraron la teoría de Chua con el desarrollo del primer prototipo de este circuito electrónico.
Para ello, los investigadores de Hewlett-Packard junto con expertos de la Universidad de California y de la Universidad de Stony Brook, ambas en EEUU, crearon un sencillo circuito cuya resistencia eléctrica codificaba la corriente experimentada en una especie de memoria analógica que le permitía aprender e interpretar sencillos patrones en blanco y negro. Evidentemente, se trataba de un dispositivo con ciertas limitaciones técnicas, pero su tecnología se podría escalar para crear dispositivos mucho más grandes y potentes.
No es la primera vez que se intenta crear redes neuronales artificiales inspiradas en los cerebros biológicos, IBM lleva cierto tiempo intentando comercializar una versión preliminar de estos chips neuromórficos. Pero, los transistores de silicio y los circuitos digitales de los ordenadores convencionales no son compatibles con el funcionamiento simplificado de la sinapsis de un cerebro humano.
En este sentido, Dmitri Strukov, el investigador de la Universidad de California que participó en el diseño del memristor, asegura que la gran cantidad de circuitos digitales y transistores que se requieren para emular una única sinapsis biológica del cerebro humano, dificultan extremadamente la viabilidad las redes neuronales artificiales basadas en dispositivos convencionales.
En cambio, con el desarrollo de la tecnología de los memristores se podría simplificar el proceso de diseño de estas redes neuronales artificiales, ya que cada uno de estos circuitos de memoria puede representar hasta un centenar de sinapsis biológicas. Un aspecto que podría asegurar el desarrollo técnico-económico con chips neuromórficos de bajo coste, capaces de procesar e interpretar todo tipo de información visual, auditiva, etc.
En las conclusiones publicadas recientemente en la prestigiosa revista Nature, Strukov asegura que se trata de una demostración preliminar, pero que con las mejoras introducidas recientemente se podría producir un chip de red neuronal integrado exclusivamente por memristores, para crear dispositivos fiables mucho más potentes y complejos como tablets, smartphones e incluso dispositivos de almacenamiento de datos.
Fuente: Think Big